Tengo mesa reservada en la terraza

Y si no me la das, me enfado y no respiro.

La historia de cada día: quiero una mesa en la terraza. Y ahora que estamos en plena pandemia mundial, razón de más para no querer una mesa en el comedor. ¿Para qué querer una mesa en el interior pudiendo evitar frío, calor barcelonés, viento, mosquitos y humo de tabaco ajeno? Pues por nada en concreto, pero como soy español y a cabezotas no nos gana nadie, pues por mis cojones que quiero una mesa en la terraza, aunque caigan chuzos de punta y el personal de sala pille una pneumonía cada dos semanas.

Sí, vale. A todos nos gusta el sol de invierno un domingo tomando una cañita, pero, ¿y si la previsión metereológica es desastrosa? Pues que sigo queriendo la mesa aunque haya una Dana con vientos huracanados a 130 km/h.

Disclaimer:

Una vez se ha tomado nota de la reserva y se ha avisado al cliente la situación metereológica, y ellos han aceptado, ya no hay vuelta atrás. PORQUE SÍ O SÍ, QUIERO MI MESA EN LA TERRAZA. ¿Qué ocurre después? Sencillamente que todas las reservas siguen una gestión. AKA, que si una mesa falla, o son más de los que reservaron, o quieren un cambio de mesa, se jodió la marrana.

  • – Hola, tengo una reserva para 4 en la terraza, a nombre de Perica de los Palotes.
  • – Sí, le acompaño a la mesa. Es esta de aquí.
  • – Gracias. Hace un poco de frío, ¿no? y está chispeando.
  • – Pues sí, la verdad, suerte que ustedes llevan abrigo, jeje… Aunque bueno, ya avisamos cuando llamaron para reservar que había previsión de lluvia para prácticamente todo el día y les ofrecimos la opción de tener una mesa en el comedor.
  • – Jejjeejejejej, sí…

Meanwhile, con el comedor lleno…

  • – Perdona, estamos en la mesa de fuera. Es que hace mucho viento, y llueve, y las estufas no son suficiente. ¿Verdad que tienes una mesa dentro?
  • – PUES NO SEÑORA, NO LA TENGO.
  • – ¿Cómo que no? si ahí veo una mesa de cuatro preparada y no hay nadie sentado.
  • – Esa mesa para cuatro está reservada para el turno de dentro de media hora, y va a estar ocupada.

Y aquí viene cuando te montan el pollo; por no haberlos obligado a reservar con antelación una mesa en el comedor sabiendo que iba a caer la del pulpo.

Estimados clientes:

Ustedes no son los que gestionan las reservas, por lo tanto tampoco saben la organización de las mesas, ni por qué una mesa está vacía, ni por qué no les voy a dar la mesa de la ventana, porque TODO tiene un motivo, y no voy a perder mi tiempo en explicarles cómo funciona la gestión de reservas en un restaurante. Porque no quiero, porque no lo van a entender y porque para gestionar las reservas ya estamos los que nos dedicamos a esto, no ustedes, que solamente tienen que venir a comer y disfrutar de un rato agradable. Así que, NO JUZGUEN, NO OPINEN, NO DEN «IDEAS» ABSURDAS SOBRE CÓMO DEBERÍAMOS HACER NUESTRO TRABAJO. ¿Verdad que un camarero no va a comprar una casa y le explica al comercial cómo debería vendérmela? Pues esto es lo mismo, los que hacemos nuestro trabajo sabemos cómo hacerlo. Gracias por su atención.